¡Trinidad divina!, Padre, Hijo y Espíritu Santo, presente y operante en la Iglesia y en la intimidad de mi ser, te adoro, te amo y te doy gracias. Y por intercesión de María Santísima, mi Madre, te ofrezco, te dono y te consagro todo mi ser en esta vida y para la eternidad. A ti, Padre celestial, me ofrezo, me dono y me consagro como hijo tuyo.
A ti, Jesús Maestro, me ofrezo, me dono y me consagro como hermano y discípulo tuyo.
A ti, Espíritu Santo, me ofrezo, me dono y me consagro como "templo vivo" para ser consagrado y santificado.
María, Madre de la Iglesia y Madre mía, tú que estas con la Trinidad divina, enséñame a vivir por medio de la liturgia y de los sacramentos, en unión cada vez más íntima con las tres divinas Personas, a fin de que toda mi vida sea siempre un "gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo". Amén.