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viernes, 17 de agosto de 2012

Misterios Dolorosos

Los Misterios Dolorosos
(martes y viernes)




1- La Agonía en el Huerto



(Lc 22, 39-46)


“Va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: Sentaos aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra,” y dijo: “Padre si quieres aparta de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya. “Y sumido  en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de   sangre que caían en tierra” (Mt 26, 36-37; Lc 22, 41-44).

2- La Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo



(Jn 18, 33, 19;1)


(Pilato) “volvió a salir donde los judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito en él (...). ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los judíos? Ellos volvieron a gritar diciendo: ¡A ése, no; a Barrabás! (...) Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle”.


3- La Coronación de Espinas



(Mt 27, 29-30)


Los soldados “trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!; y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza.”

4- Jesucristo, la cruz a cuestas y camino al Calvario.



(Mt, 27, 31; Jn 19, 17; Mc 15, 21)

“Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle”. “Y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario”. “Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, (...) a que llevara su cruz.”

5- La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor


(Lc 23, 33-34, 44-46; Jn 19, 33-35)

“Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron. (...) Jesús decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen (...). Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona (...). Jesús, dando un fuerte grito, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu y, dicho esto, expiró.” “Como le vieron muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.”

 

Shalom.

Pablo Coronado Romero.