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miércoles, 28 de agosto de 2013

Virgen de Bonaria. Nuestra Señora del Buen Aire (Dibujo)

         

Fiesta: 25 de marzo

En la primera fundación de Buenos Aires, Pedro de Mendoza llamó al sitio “Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre” para cumplir la promesa que había hecho a la Patrona de los Navegantes que se hallaba en la Cofradía de los Mareantes de Triana y de la que él era miembro. En efecto, “Buen Ayre” era la castellanización del nombre de la Virgen de Bonaria, es decir, de la imagen de la Virgen de la Candelaria a quien los padres mercedarios habían levantado un santuario para los navegantes en Cagliari, Cerdeña (Italia), y que era venerada también por los navegantes de Cádiz, España.

Cuenta la historia que en 1370 arribó a las playas de la ciudad de Cerdeña, una caja que contenía la imagen de una virgen que llevaba al niño Jesús en un brazo, y en el otro, un cirio. Desde entonces fue venerada como la virgen de los navegantes y se la llamó Bonaria, o del Buen Aire.

Llegó a España de la mano de los marineros y fue allí donde se popularizó su culto, especialmente en el puerto de Sevilla, desde donde partían las expediciones hacia las nuevas conquistas.

Así llegó al Río de la Plata traída por dos sacerdotes que formaron parte del grupo comandado por don Pedro de Mendoza quien llevado por su devoción a la virgen, decidió honrarla otorgándole su nombre a la ciudad fundada. Por eso Buenos Aires fue llamada “Puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Aire”.