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martes, 4 de octubre de 2016

San Sebastián (dibujo)


Fiesta: 20 enero

Sebastián es un mártir del los primeros siglos de la era cristiana. Había nacido en Narbona (Italia), pero se había educado en Milán (Italia). Era hijo de una familia militar y noble, por lo que llegó a ser también militar, capitán de primera corte. Cumplía con toda la disciplina militar, pero por ser cristiano (en secreto) no participaba de los sacrificios a los ídolos. 
Como buen cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitaba y alentaba a los cristianos encarcelados por causa de Cristo. Esa situación no duró mucho, y fue denunciado al emperador Maximino quien al saber que era cristiano lo obligó a escoger entre ser su soldado o seguir a Jesucristo. 
El santo escogió la milicia de Cristo; desairando al Emperador, que lo condenó a muerte. Entonces los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de flechas. Dándolo por muerto lo abandonaron, pero sus amigos que estaban al acecho, se acercaron, y al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana, llamada Irene, que lo mantuvo escondido en su casa y le curó las heridas hasta que quedó restablecido. 
El santo se negó rotundamente a ausentarse de Roma, pues su corazón ardoroso del amor de Cristo, impedía que él no continuase anunciando a su Señor. Se presentó con valentía ante el Emperador, desconcertado porque lo daba por muerto, y el santo le reprochó con energía su conducta por perseguir a los cristianos. Maximino mandó que lo azotaran hasta morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión y tiraron su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián.