Génesis 1, 26-31
Después, Dios
creó al hombre y a la mujer, para que vivieran felices en el mundo que había
hecho para ellos.
El hombre se
llamaba Adán y la mujer Eva. Se parecían a Dios porque los había hecho a su
imagen y semejanza.
Dios les quería
tanto, que les hizo dueños de toda la tierra. Y les dijo que tuvieran hijos
para poder ocupar todo el mundo.