Después de vivir la Navidad, y de pasar de puntillas por la primera parte del Tiempo Ordinario, llegamos a la Cuaresma. Es un tiempo de conversión, de preparación para celebrara la mayor fiesta para los cristianos: la Pascua (Resurrección de Jesús).
La Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza. En este día se impone la ceniza a los cristianos para que recuerden que Dios nos ha creado del polvo (Creación de Adán. Gn 2, 4-7).
Este tiempo dura cuarenta días, y finaliza el Jueves Santo (Última cena del Señor). Durante estos cuarenta días rememoramos:
- Los cuarenta años que estuvo el pueblo de Israel en el desierto, después de salir de la esclavitud de Egipto.
- Los cuarenta días que estuvo Jesús en el desierto meditando y rezando. De esta forma se preparó para su misión: Morir y resucitar por todos los hombres.
Se nos recomienda hacer, ayuno (no comer tanto), limosna (ayudar al más necesitado) y oración (estar en paz). También la Iglesia recomienda por tradición, no comer carne los viernes de Cuaresma ni el Miércoles de Ceniza. A esto se le llama abstinencia.
El ayuno no sólo se refiere a no comer, también podemos dejar de hacer cosas que nos tienen agarrados (vicios): Jugar tanto a la consola, comer chuches, ver la tele, etc. Y así, emplear ese tiempo en los demás: Ayudar más en casa, rezar más, ir a visitar a amigos enfermos, acercarnos más a la iglesia, etc.
Para que entendamos mejor esto, vamos a poner un ejemplo:
Vamos a jugar tres partidos importantísimos (Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Pascua). Como grandes deportistas necesitamos de una preparación, de un entrenamiento (Cuaresma)
1. Preparación alimenticia (Ayuno y abstinencia). Una dieta específica para nuestro cuerpo.
2. Preparación de equipo (Limosna). Convivir con nuestros compañeros, ayudarles y aconsejarles.
3. Preparación mental (Oración). Necesitamos de una ayuda psicológica para hacernos fuertes y no desfallecer.
Lo mejor de estos tres partidos, es que sabemos que los vamos a ganar, porque tenemos al mejor jugador de todos los tiempos (Jesucristo), al mejor preparador físico y mental (El Espíritu Santo) y al mejor entrenador (Dios Padre).
Prepárate durante la Cuaresma, para vivir intensamente la Pascua.
Aquí tenéis una presentación del año litúrgico