San Juan Bosco (Don Bosco)
Nació en el año 1815, en el Piamonte (Italia). Era de familia pobre, y aunque tenía que mendigar para reunir dinero, pudo ingresar en el seminario de Chieri.
Al ordenarse diácono pasó al seminario de Turín, y fue allí donde hizo realidad su verdadera pasión, la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunía todos los domingos un grupito de jóvenes abandonados de la ciudad en una especie de escuela y lugar de recreo al que llamó “oratorio festivo”. Los chicos jugaban, rezaban y a menudo a comían con él.
Tiempo después, construyó también una escuela nocturna, y como el oratorio estaba lleno, abrió otros dos centros en otros tantos barrios de Turín. Por la misma época, empezó a dar alojamiento a los niños abandonados.
Cayó pronto en la cuenta que todo el bien que hacía por sus chicos, se perdía con las malas influencias del exterior, y decidió construir sus propios talleres de aprendizaje. En 1856, había ya 150 internos, cuatro talleres, una imprenta, cuatro clases de latín y diez sacerdotes. Los externos eran 500. En diciembre de 1859, Don Bosco y sus 22 compañeros decidieron finalmente organizar la congregación, los Salesianos. El siguiente paso de Don Bosco fue la fundación de una congregación femenina. La congregación quedó inaugurada en 1872, el santo llamó Hijas de Nuestra Señora, Auxilio de los Cristianos.
Don Bosco realizó uno de sus sueños al enviar sus primeros misioneros a la Patagonia. Poco a poco los salesianos se extendieron por toda América del Sur.
Don Bosco murió el 31 de enero de 1888. Su canonización tuvo lugar en 1934.