¡Espíritu Santo! Amor eterno del Padre y del Hijo, te adoro,
te doy gracias, te amo y te pido perdón por todas las veces que te he
constristado en mí y en mi prójimo.
Desciende con abundancia de gracias en las sagradas ordenaciones de los obispos
y sacerdotes; en las consagraciones de los religiosos y religiosas; en las
confirmaciones de todos los fieles: sé luz, santidad y celo.
A ti, Santo Espíritu de verdad, consagro mi mente, mi fantasía, mi memoria;
ilumíname.
Haz que conozca a Jesucristo, nuestro Maestro, y comprend su
Evangelio y la doctrina de la santa Iglesia. Aumenta en mí el don de sabiduría,
de ciencia, de inteligencia y de consejo.
A tí, Espíritu santificador, consagro mi voluntad: guíame para hacer lo que te
agrada; dame fuerzas para cumplir con los mandamientos y con mis deberes.
Concédeme el don de fortaleza y el santo temor de Dios.
A ti, Espíritu vivificador, consagro mi corazón: protege y aumenta en mí la
gracia Divina. Concédeme el don de la piedad. Amén.