Juan 20, 19-23; Lucas 24, 49
Aquel mismo día por la tarde, los discípulos estaban en una casa con las puertas bien cerradas, por que tenían mucho miedo a los que habían matado a Jesús.
Entonces Jesús Resucitado se presentó en medio de ellos y dijo:
- La paz esté con vosotros.
Y les enseñó las heridas que le habían hecho en la cruz para demostrar que era él. Todos se llenaron de alegría al verle vivo. Y él les dijo:
- Os enviaré la fuerza del Espíritu Santo para que seáis mis testigos. Quedaos en Jerusalén hasta que recibáis el poder que viene de Dios.