Fiesta: Los franciscanos celebran su fiesta el 14 de julio. En Argentina se lo celebra el 24 de julio. En otras partes del mundo se lo celebra el 18 de abril.
Francisco Solano nació en 1549, en Montilla, Andalucía, España. Estudió con los Jesuitas, pero entró a la comunidad Franciscana porque le atraían mucho la pobreza y la vida tan sacrificada de los religiosos de San Francisco. Los primeros años de sacerdocio los dedicó a predicar con gran provecho en el sur de España. Luego pidió a sus superiores que lo enviaran de misionero al África, y no le fue aceptada su petición. Pero poco después el rey Felipe II pidió a los franciscanos que enviaran misioneros a Sudamérica y entonces sí fue enviado Francisco a extender la religión por estas tierras. Fue una gran alegría para su corazón.
Fray Francisco Solano recorrió el continente americano durante 20 años predicando, especialmente a los aborígenes. Pero su viaje más largo fue el que tuvo que hacer a pie, con incontables peligros y sufrimientos, desde Lima (Perú) hasta Tucumán (Argentina) y hasta las pampas y el Chaco Paraguayo. Más de 3.000 kilómetros y sin ninguna comodidad. Sólo confiando en Dios y movido por el deseo de salvar almas.
El Padre Solano tenía una hermosa voz y sabía tocar muy bien el violín y la guitarra. En los sitios que visitaba divertía muy alegremente a sus oyentes con sus alegres canciones. Fue un gran misionero y un gran predicador. Además, fue un gran taumaturgo, ya que hay muchas historias de los grandes milagros que realizó en sus misiones y viajes por Latinoamérica.
Murió el 14 de julio de 1610, en Lima, Perú.